miércoles, 29 de marzo de 2017

ALMORCHÓN

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ALMORCHÓN

Pedanía de la cercana población de  Cabeza del Buey, fue en los años veintes, cuando se construyó este poblado y estación ferroviaria, acondicionada con todo tipo de servicios necesarios para sus trabajadores y familias, tenían  escuelas, iglesia, medico, economato, incluso estafeta de correos, siendo algunos de ellos innovadores para la época, todavía, en poblaciones de la comarca, próximas al nudo ferroviario,   carecían de ellos. Sus orígenes datan del año 1865, cuando para dar salida al carbón extraído en la cuenca minera cordobesa de Belmez, hubo necesidad  de la construcción de la linea férrea, Belmez Almorchón. A lo largo de los años, su auge e importaría fue aumentando, hasta el comienzo de la Guerra Civil, que pasó a ser un punto militar estratégico, la población se ve obligada abandonar  las instalaciones por la proximidad del frente bélico, con las terribles batallas que por allí acontecían. Acabada la guerra, buena parte de las instalaciones se encuentra devastada, reducida a escombros, iniciándose entonces, un proceso de reconstrucción tanto en la actividad ferroviaria, como en la rehabilitación de los edificios administrativos y viviendas de los trabajadores ferroviarios, llegando a los años setentas, como un importante nudo de comunicaciones, paulatinamente fue aumentando considerablemente en el censo de habitantes y edificios construidos. A partir de esa década se inicia un proceso de declive, motivado por el desuso del las maquinas de vapor, dando paso a la modernidad, con otros tipos de trenes, añadida la escasead de viajeros, provocan su abandono, que ira acompañado de un desmantelamiento progresivo, llegando a nuestros días, buena parte, en estado de ruinas, quedando, cuando se visita, un  regusto agridulce de la importancia fundamental que debió tener en las comunicaciones ferroviarias del sur de España. Destaca en sus alrededores, su castillo medieval, enclavado sobre un pronunciado cerro, es un lugar idóneo para la observación de los paisajes y paso de aves en la comarca, de origen almohade, siglo XII y XIII , reconstruido varias veces en épocas cristianas, perteneció a la orden del Temple, posteriormente cedido a la Orden de Alcántara, que hasta el siglo XVI se tiene constancia,   realizarían labores de mantenimiento, sería posteriormente, en el siglo XVII, al igual que otros castillos de la comarca, ejemplo en de Benquerencía, caen en estado de desprotección y abandono, estando actualmente en ruinas. En su fisonomía constructiva destaca su torre del homenaje en forma pentagonal y una torre de defensa redondeada, recinto amurallado,  dan cobijo y protección, se conservan restos de la aljibe, capilla y aposentos para sus moradores, toda obra fabricada en mampostería. Merece la pena, parar y rememorar tanto la historia de siglos pasados, en su castillo, como la mas reciente, en los inicios de la llamada revolución industrial,  tardía y escasa en nuestra tierra, reflejada en sus instalaciones ferroviarias.  










                                                                   
 

                       

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