martes, 6 de agosto de 2019
ERMITA DEL CEMENTERIO VIEJO
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ERMITA DE LOS MÁRTIRES (Quintana de la Serena)
Este pequeño edificio, es una
muestra más de la riqueza arquitectónica popular de la comarca de La Serena.
Actualmente en estado de abandono, instalada en la desidia y la indiferencia de
sus responsables, fue lugar de Camposanto hasta principios del siglo XIX,
observándose lápidas funerarias apiladas y esparcidas en sus alrededores, a
merced del vandalismo y el saqueo, acumulando escombros y basuras, cuando con
un mínimo mantenimiento ayudaría a la conservación, mejora del lugar y su
entorno.
Sus orígenes datan del siglo XVI,
obra promovida por el entonces Prior de Magacela, Pedro Cabrera, bajo sus
directrices, se inició el proyecto de la construcción de un gran templo, de
dimensiones considerables, ambicioso en sus inicios, se comenzó por la
construcción de la capilla, lo que es la
actual ermita, como detalle queda el arco de gran dimensión, que aún se
conserva, hoy se puede contemplar en la fachada, aquí finalizó lo que iba a ser
una obra magna, los escasos bienes que la parroquia manejaba, facilitaron la
pronta conclusión de las obras. Ya en el siglo XIX, esta pequeña ermita, es
reutilizada como Capilla de rezo del cementerio, quedando integrada en el
mismo.
Es sus detalles arquitectónicos,
es sencilla, de planta central, con grandes muros de mamposterías, reforzado
con bloques de granito, abundante material en el lugar, reforzadas con
contramuros de fuertes sillares, destacan sus dos arcos de la fachada, uno
superior ya comentado anteriormente, nos muestra la proyección del plano inicial de la obra marcaba, otro bajo arco donde se sitúa la portada de
acceso, la espadaña, colocada sobre un lateral, apoyada sobre un contrafuerte,
remata el conjunto de la fachada. En su interior, su bóveda de crucería, con
restos de pinturas decorativas, aun se puede ver detalles, con un pequeño altar
al frente.
Emplazada en el paraje “Del
Ejido”, a camino de la laguna del concejo y cercana al actual Polígono
Industrial, es más conocida como “Iglesia del Cementerio Viejo” Bajo la
advocación de los Mártires San Fabián y San Sebastián.
Legados como este, no pueden caer
en el abandono, que lo lleve a su desaparición, dejándonos en el camino piezas
tan singulares y emblemáticas de la arquitectura popular de nuestra comarca.
sábado, 10 de marzo de 2018
CAPILLA DE SANTA ISABEL
CAPILLA SANTA ISABEL (Villanueva de la Serena)
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martes, 11 de julio de 2017
FINCA DE LOS PERALES
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FINCA DE LOS PERALES. Casa de Entrerrios.
Localizada en el término municipal de La Coronada, está
rodeada de los inmensos pastizales del territorio de la Serena. Pastizales de
calidad suficientemente reconocida desde tiempos inmemoriales, tanto en calidad
como cantidad, hicieron del lugar, aposentos del hidalgos y terratenientes,
mandando a construir impresionantes complejos arquitectónicos como este u
otros, con gran semejanza, ejemplo La Casa Grande del Bercial (Helechal).
Sus orígenes están datados en el año 1781, todo según el epígrafe
situado en el dintel de la portada principal de la edificación. Haciendo un
poco de historia, estos territorios estuvieron bajo el dominio de la orden del
Temple, pasando posteriormente a la influyente Orden de Alcántara, siendo por
el año 1494, cuando el rey de Castilla impone su dominio sobre la renombrada
Real Dehesa de la Serena, es cuando finalmente entran en escena las grandes
fortunas, terratenientes de la época, adquiriendo estos territorios, entre
ellos el Marquesado de Perales.
El complejo arquitectónico se estructura sobre una base
rectangular, alargada orientada de este a oeste, armonizada sobre cuatro
grandes patios, entorno a los mismos se articulaban las diversas dependencias
que forma el complejo edificado.
En su núcleo central de la distribución, encontrados la
vivienda del marques, se accede a ella por la puerta principal, adintelada en
granito y flanqueada por dos bancos esculpidos en una pieza, con vistas al sur,
orientación principal de la edificación. En el interior, a través de un zaguán
llegamos a un patio central, desde el cual se accede a los diversos aposentos
de los marqueses, con dos salas de estar, dormitorios y aseos y comunicación
directa con cocinas y casa del mayoral encargado de la finca.
Como una curiosidad, se observa, cerca de la portada
principal, otra portada ciega, toda ella tapiada, de grandes dimensiones, donde
destaca sus imponentes dinteles de granito, su función originaria era el acceso
del otro edificio destacado del conjunto, la ermita, con retablo policromado y
una talla del Buen Pastor. Existe otro acceso interior, desde la vivienda,
donde sus inquilinos arribaban a través de un zaguán. En fachada está colocado
un escudo heráldico, con motivos perteneciente al linaje del marques de Perales
del Rio, esculpido en piedra, remata la ermita con campanario y espadaña con
cruz de hierro de La Orden de Alcántara.
Las zonas restantes encontramos, lavandería, hornos para
fabricación de pan estancias para el ganado, zona de esquileo del rebaño y
viviendas para empleados y servidumbre. Todo estructurado, dando ideas de lo
que representaría en sus épocas de apogeo.
Su enclave está posicionado entre los cauces de los ríos
Guadiana y Zújar, lugar de paso y frecuentado por antiguas civilizaciones,
muestra de ello es el lienzo de calzada romana que se aprecia en sus
alrededores, comunicando la misma las ciudades romanas de Mérida y Toledo. Con
posterioridad, son la utilización como vías pecuarias el destino de su uso,
tales como La Calzada Real Leonesa o el Cordel Serrano.
Aunque este cortijo tuvo actividad hasta mediados del siglo
pasado, hoy llega hasta nosotros en no muy buen estado de conservación, aun
así, hay que destacar la intervención de sus actuales propietarios en la
rehabilitación de las cubiertas, apreciándose un estado de abandono y declive
continuo, ejemplo la desaparición del almacén, gallineros y su patio interior.lunes, 12 de junio de 2017
LA HABA
LA HABA
En las puertas de La Serena, nos encontramos con La
población de La Haba, nada más llegar, ya en su fisonomía constructiva percibes
que atrae, encontramos un lugar, donde ves, que a pesar de todas las
modernidades aplicadas hoy en día a la
construcción, se sigue manteniendo ese halo de enclave rural, de pueblo
singular, muy identificado a la comarca.
En sus calles, han desaparecido los carros, no quedan indicio del paisaje rural
de antaño, pero el encanto de “la Jaba” con en el pasado se le llamaba por aquí,
sigue impresionando al visitante, cualquiera
que patee sus calles, plazas o cualquiera de sus rincones, le llamará la
atención el sosiego que se palpa, todo ello invita a tomar un descanso sin
tiempo, o a pasear por allí, descubriendo sobre todo sus casa solariegas, con
sus impresionantes portadas graníticas, esparcidas, por su casco urbano, en cualquier esquina puedes encontrártelas,
te aparecen a la vista, no crees encontrártela por allí. En estas viviendas, algunas de más presencia
constructiva, destaca la colocación en sus fachadas de imponentes escudos y
blasones, sobre todo fabricados en granito, no dejar de haber en material como
el mármol, en su tiempo no era banal su presencia, marcaban la presencia de
familias de hidalguía y nobleza, dando a conocer su abolengo en la sociedad de
la época.
Destacar para visitar, en la población, como arte religioso,
su iglesia, bajo la advocación de Juan Bautista, alberga en su interior una
talla, de la virgen de Valvanera, de origen desconocido, y su pila bautismal
apoyada sobre columna pedestal, de origen romano, con inscripciones. Construida
sobre una terraza, destacan sus sillares de granito, y mampostería, fue
promovida por un personaje muy influyente en la comarca, Juan de Zúñiga, noble
de su tiempo, maestre de la Orden de Alcántara y sobre todo humanista,
sabiéndose rodear de personajes sabios en su tiempo, allá por finales del siglo
XV, comienzos del XVI.
No podemos dejar atrás, el convento, mandado construir por
los condes de Orellana, con el fin de atender a mendigos y ancianos del lugar.
En obra civil sobresale su actual Ayuntamiento, fue
edificado aprovechando la construcción del antiguo Pósito, actualmente
rehabilitado, sus orígenes datados en el siglo XVIII sirvieron, como todo los diseminados
por la comarca, de almacén de leguminosas y cereales para el suministro de sus
pobladores.
Abandonamos el pueblo, pero no su término municipal, salimos
dirección Quintana de la Serena, y a un puñado de kilómetros, encontramos un
paraje que impresiona por su exuberante naturaleza, su paisaje adehesado,
poblado con centenarias encinas, hacen de él, icono de la dehesa extremeña.
Allí se encuentra el Santuario de la virgen de la Antigua, rodeado de una
extrema belleza, con tumbas antropomorfas, excavada en las rocas, un puente de
origen romano, con sus arcos y sillares, aunque fue reformado en época medieval, hoy en estado de abandono considerable,
emplazado sobre el cauce del río Ortigas, todo forman un conjunto bucólico, rodeando todo una
pequeña colina, asentamiento de Santuario, muestra que no es casualidad su
emplazamiento, no en vano, es palpable las muestras del paso de civilizaciones
por la zona, desde los restos ibéricos, a romanos, muestran la evidencias de su
presencia en el lugar.
Su origen actual, está datado en tiempos posteriores a La
Reconquista de la vecina Magacela, allá por el año 1300, periodo de gobierno
del rey Fernando III, fue el donante del territorio de partes de LA SERENA, a
la Orden de Alcántara.
De plata, la cruz florenzada de sinople, cantonada de cuatro bezantes de sable; en punta, dos vainas de haba de sinople, puestas en aspa. Al timbre corona real cerrada». Referencia: D.O.E./28 de diciembre de 1989/Número 102
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