martes, 11 de julio de 2017

FINCA DE LOS PERALES

No hay comentarios



FINCA DE LOS PERALES. Casa de Entrerrios.
Localizada en el término municipal de La Coronada, está rodeada de los inmensos pastizales del territorio de la Serena. Pastizales de calidad suficientemente reconocida desde tiempos inmemoriales, tanto en calidad como cantidad, hicieron del lugar, aposentos del hidalgos y terratenientes, mandando a construir impresionantes complejos arquitectónicos como este u otros, con gran semejanza, ejemplo La Casa Grande del Bercial (Helechal).
Sus orígenes están datados en el año 1781, todo según el epígrafe situado en el dintel de la portada principal de la edificación. Haciendo un poco de historia, estos territorios estuvieron bajo el dominio de la orden del Temple, pasando posteriormente a la influyente Orden de Alcántara, siendo por el año 1494, cuando el rey de Castilla impone su dominio sobre la renombrada Real Dehesa de la Serena, es cuando finalmente entran en escena las grandes fortunas, terratenientes de la época, adquiriendo estos territorios, entre ellos el Marquesado de Perales.
El complejo arquitectónico se estructura sobre una base rectangular, alargada orientada de este a oeste, armonizada sobre cuatro grandes patios, entorno a los mismos se articulaban las diversas dependencias que forma el complejo edificado.
En su núcleo central de la distribución, encontrados la vivienda del marques, se accede a ella por la puerta principal, adintelada en granito y flanqueada por dos bancos esculpidos en una pieza, con vistas al sur, orientación principal de la edificación. En el interior, a través de un zaguán llegamos a un patio central, desde el cual se accede a los diversos aposentos de los marqueses, con dos salas de estar, dormitorios y aseos y comunicación directa con cocinas y casa del mayoral encargado de la finca.
Como una curiosidad, se observa, cerca de la portada principal, otra portada ciega, toda ella tapiada, de grandes dimensiones, donde destaca sus imponentes dinteles de granito, su función originaria era el acceso del otro edificio destacado del conjunto, la ermita, con retablo policromado y una talla del Buen Pastor. Existe otro acceso interior, desde la vivienda, donde sus inquilinos arribaban a través de un zaguán. En fachada está colocado un escudo heráldico, con motivos perteneciente al linaje del marques de Perales del Rio, esculpido en piedra, remata la ermita con campanario y espadaña con cruz de hierro de La Orden de Alcántara.
Las zonas restantes encontramos, lavandería, hornos para fabricación de pan estancias para el ganado, zona de esquileo del rebaño y viviendas para empleados y servidumbre. Todo estructurado, dando ideas de lo que representaría en sus épocas de apogeo.
Su enclave está posicionado entre los cauces de los ríos Guadiana y Zújar, lugar de paso y frecuentado por antiguas civilizaciones, muestra de ello es el lienzo de calzada romana que se aprecia en sus alrededores, comunicando la misma las ciudades romanas de Mérida y Toledo. Con posterioridad, son la utilización como vías pecuarias el destino de su uso, tales como La Calzada Real Leonesa o el Cordel Serrano.
Aunque este cortijo tuvo actividad hasta mediados del siglo pasado, hoy llega hasta nosotros en no muy buen estado de conservación, aun así, hay que destacar la intervención de sus actuales propietarios en la rehabilitación de las cubiertas, apreciándose un estado de abandono y declive continuo, ejemplo la desaparición del almacén, gallineros y su patio interior.















lunes, 12 de junio de 2017

LA HABA

No hay comentarios
LA HABA

En las puertas de La Serena, nos encontramos con La población de La Haba, nada más llegar, ya en su fisonomía constructiva percibes que atrae, encontramos un lugar, donde ves, que a pesar de todas las modernidades aplicadas hoy en día a  la construcción, se sigue manteniendo ese halo de enclave rural, de pueblo singular, muy identificado  a la comarca. En sus calles, han desaparecido los carros, no quedan indicio del paisaje rural de antaño, pero el encanto de “la Jaba” con en el pasado se le llamaba por aquí, sigue impresionando al visitante,  cualquiera que patee sus calles, plazas o cualquiera de sus rincones, le llamará la atención el sosiego que se palpa, todo ello invita a tomar un descanso sin tiempo, o a pasear por allí, descubriendo sobre todo sus casa solariegas, con sus impresionantes portadas graníticas, esparcidas, por su casco urbano,  en cualquier esquina puedes encontrártelas, te aparecen a la vista, no crees encontrártela por allí.  En estas viviendas, algunas de más presencia constructiva, destaca la colocación en sus fachadas de imponentes escudos y blasones, sobre todo fabricados en granito, no dejar de haber en material como el mármol, en su tiempo no era banal su presencia, marcaban la presencia de familias de hidalguía y nobleza, dando a conocer su abolengo en la sociedad de la época.
Destacar para visitar, en la población, como arte religioso, su iglesia, bajo la advocación de Juan Bautista, alberga en su interior una talla, de la virgen de Valvanera, de origen desconocido, y su pila bautismal apoyada sobre columna pedestal, de origen romano, con inscripciones. Construida sobre una terraza, destacan sus sillares de granito, y mampostería, fue promovida por un personaje muy influyente en la comarca, Juan de Zúñiga, noble de su tiempo, maestre de la Orden de Alcántara y sobre todo humanista, sabiéndose rodear de personajes sabios en su tiempo, allá por finales del siglo XV, comienzos del XVI.
No podemos dejar atrás, el convento, mandado construir por los condes de Orellana, con el fin de atender a mendigos y ancianos del lugar.
En obra civil sobresale su actual Ayuntamiento, fue edificado aprovechando la construcción del antiguo Pósito, actualmente rehabilitado, sus orígenes datados en el siglo XVIII sirvieron, como todo los diseminados por la comarca, de almacén de leguminosas y cereales para el suministro de sus pobladores.
Abandonamos el pueblo, pero no su término municipal, salimos dirección Quintana de la Serena, y a un puñado de kilómetros, encontramos un paraje que impresiona por su exuberante naturaleza, su paisaje adehesado, poblado con centenarias encinas, hacen de él, icono de la dehesa extremeña. Allí se encuentra el Santuario de la virgen de la Antigua, rodeado de una extrema belleza, con tumbas antropomorfas, excavada en las rocas, un puente de origen romano, con sus arcos y sillares, aunque fue  reformado en época medieval,  hoy en estado de abandono considerable, emplazado sobre el cauce del río Ortigas, todo  forman un conjunto bucólico, rodeando todo una pequeña colina, asentamiento de Santuario, muestra que no es casualidad su emplazamiento, no en vano, es palpable las muestras del paso de civilizaciones por la zona, desde los restos ibéricos, a romanos, muestran la evidencias de su presencia en el lugar.
Su origen actual, está datado en tiempos posteriores a La Reconquista de la vecina Magacela, allá por el año 1300, periodo de gobierno del rey Fernando III, fue el donante del territorio de partes de LA SERENA, a la Orden de Alcántara.








                 
                 
                 


                
                    


           




De plata, la cruz florenzada de sinople, cantonada de cuatro bezantes de sable; en punta, dos vainas de haba de sinople, puestas en aspa. Al timbre corona real cerrada». Referencia: D.O.E./28 de diciembre de 1989/Número 102


martes, 16 de mayo de 2017

LA SERENA

No hay comentarios


LA SERENA

Los llanos de la Serena, nuestra comarca, inmensa, de granitos, cuarcitas y sobre todo pizarras que le quitan la profundidad a su suelo, dicen los geólogos, debido a su origen de fondo marino, de formación anterior al hombre en la tierra. Sus contrastes son continuos, contracta su aridez con sus colosales manchas de aguas, sus tonos estacionales, del amarillento al verde, del verano al invierno, se tornan multicolores en sus otoños y primaveras. En sus suelos pobres, de poca fertilidad, nacen sus singulares pastos, base en la alimentación del ganado ovino, fundamental en su economía, tan ganadera, para luego fabricar quesos excepcionales.  En sus grandes llanuras, donde se incrusta la dehesa, manchadas por jaras, tomillos, olivares y encinas centenarias, donde forman un ecosistema único, lleno de biodiversidad constante, Todo ello, forman unos paisajes para miradas infinitas, con un mosaico de panorámicas, donde el tiempo parece estancarse. En el transcurrir de su existencia, su legado al patrimonio arqueológico-histórico, es único, en el, pueden contemplase la impronta de cualquier civilización que haya pasado por ella, acompañado el rastro de sus culturas, todo ello, reflejado en sus gentes, recia, de poco tener, hospitalaria, donde al visitante lo integran de tal manera, que hacen de La Serena quede en sus recuerdos para siempre, desear volver....







































miércoles, 29 de marzo de 2017

ALMORCHÓN

No hay comentarios
ALMORCHÓN

Pedanía de la cercana población de  Cabeza del Buey, fue en los años veintes, cuando se construyó este poblado y estación ferroviaria, acondicionada con todo tipo de servicios necesarios para sus trabajadores y familias, tenían  escuelas, iglesia, medico, economato, incluso estafeta de correos, siendo algunos de ellos innovadores para la época, todavía, en poblaciones de la comarca, próximas al nudo ferroviario,   carecían de ellos. Sus orígenes datan del año 1865, cuando para dar salida al carbón extraído en la cuenca minera cordobesa de Belmez, hubo necesidad  de la construcción de la linea férrea, Belmez Almorchón. A lo largo de los años, su auge e importaría fue aumentando, hasta el comienzo de la Guerra Civil, que pasó a ser un punto militar estratégico, la población se ve obligada abandonar  las instalaciones por la proximidad del frente bélico, con las terribles batallas que por allí acontecían. Acabada la guerra, buena parte de las instalaciones se encuentra devastada, reducida a escombros, iniciándose entonces, un proceso de reconstrucción tanto en la actividad ferroviaria, como en la rehabilitación de los edificios administrativos y viviendas de los trabajadores ferroviarios, llegando a los años setentas, como un importante nudo de comunicaciones, paulatinamente fue aumentando considerablemente en el censo de habitantes y edificios construidos. A partir de esa década se inicia un proceso de declive, motivado por el desuso del las maquinas de vapor, dando paso a la modernidad, con otros tipos de trenes, añadida la escasead de viajeros, provocan su abandono, que ira acompañado de un desmantelamiento progresivo, llegando a nuestros días, buena parte, en estado de ruinas, quedando, cuando se visita, un  regusto agridulce de la importancia fundamental que debió tener en las comunicaciones ferroviarias del sur de España. Destaca en sus alrededores, su castillo medieval, enclavado sobre un pronunciado cerro, es un lugar idóneo para la observación de los paisajes y paso de aves en la comarca, de origen almohade, siglo XII y XIII , reconstruido varias veces en épocas cristianas, perteneció a la orden del Temple, posteriormente cedido a la Orden de Alcántara, que hasta el siglo XVI se tiene constancia,   realizarían labores de mantenimiento, sería posteriormente, en el siglo XVII, al igual que otros castillos de la comarca, ejemplo en de Benquerencía, caen en estado de desprotección y abandono, estando actualmente en ruinas. En su fisonomía constructiva destaca su torre del homenaje en forma pentagonal y una torre de defensa redondeada, recinto amurallado,  dan cobijo y protección, se conservan restos de la aljibe, capilla y aposentos para sus moradores, toda obra fabricada en mampostería. Merece la pena, parar y rememorar tanto la historia de siglos pasados, en su castillo, como la mas reciente, en los inicios de la llamada revolución industrial,  tardía y escasa en nuestra tierra, reflejada en sus instalaciones ferroviarias.